La detención de los activistas de Greenpeace en Rusia batió record de menciones en las redes sociales

En lo que comenzó como una acción en su lucha contra la explotación de las aguas del Ártico para la extracción petrolera, un grupo de 30 activistas de Greenpeace terminó  en manos de las autoridades policiales rusas, y ante el prospecto de pasar hasta 12 años en la cárcel con cargos de piratería, los cuales luego fueron reducidos a vandalismo, por lo cual podrían ser condenados a un máximo de 7 años si fueran encontrados culpables por un tribunal de aquel país.

El arresto de los activistas ocurrió el 27 de septiembre último cuando, a bordo del buque Arctic Sunrise, perteneciente a la agrupación ecologista, se acercaron a la plataforma petrolífera Prirazlomnaya perteneciente a la compañía energética estatal Gazprom e intentaron abordarla como señal de protesta a la explotación de crudo realizada en esa zona del Mar de Pechora. De acuerdo con los activistas, esa zona resulta particularmente peligrosa para la extracción de petróleo ya que se encuentra en plena zona ártica, rodeada por grandes capas de hielo que evitarían que un potencial derrame se disperse, con lo que su fauna única – compuesta por osos polares y morsas, entre otros animales – se vería altamente afectada.

Los activistas, oriundos de 18 países incluidos Rusia y Argentina, permanecen encarcelados en Rusia sin posibilidad de salir bajo fianza. La fiscalía, por su parte, tiene plazo hasta el 24 de noviembre de este año para determinar si pedirá un juicio inmediato, abandonará los cargos o pedirá una extensión del período de prisión mientras continúa la investigación. El barco, por su parte, permanece confiscado por las autoridades rusas las cuales han ignorado las protestas presentadas por el Gobierno de Holanda, país donde se haya registrada la embarcación.

Además de contratar a un extenso equipo legal experto en legislación rusa, Greenpeace lanzó una campaña a nivel global para pedir la liberación de los activistas. La misma consta de carteleria y protestas en la vía pública, acciones en redes sociales, y el pedido de firmas de la gente en favor de la causa.

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El efecto en las redes sociales

Esta gran cantidad de acciones, combinadas con el efecto de indignación que la detención de los activistas provocó en una importante porción de la población, provocó una oleada de menciones a Greenpeace en las redes sociales. Tanto en sus fan pages oficiales como en las notas en los medios periodísticos digitales que mencionan el tema, se producen una enorme cantidad de comentarios – superiores al promedio – reflejando este sentimiento o, en otros casos, disintiendo con esta postura y sosteniendo que los activistas realizaron actividades ilegales por las que sabían que podían recibir una pena. De cualquier forma el debate es muy activo y generó que, por ejemplo, en Twitter se produjera la mayor cantidad de menciones a la agrupación en la historia a partir de este fenómeno.

A partir del 27 de septiembre, día en que se produjo el encarcelamiento de los activistas, en Twitter se registraron un total de 456.576 conversaciones mencionando la palabra Greenpeace. Esto representa un 20% de las aproximadamente 2.500.000 menciones que la agrupación obtuvo desde la fundación de la red social en Marzo de 2006, y el mayor pico de actividad en relación a la misma en todos los tiempos.

Entre los países donde se produjeron las menciones por el caso de los detenidos se destacan, en primer lugar, Rusia donde tanto los medios como una gran cantidad de políticos y ciudadanos de a pie se manifestaron sobre el tema, seguidos por Estados Unidos donde se generó un sentimiento de injusticia, sobre todo entre sectores y medios liberales, en los que la noticia tuvo una enorme trascendencia. El tercer puesto en término de menciones pertenece a Argentina, uno de los países donde la organización es más activa, y donde la campaña por la liberación de Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, los ambientalistas oriundos del país detenidos, tomó un gran impulso.

Greenpeace

El choque cultural

Este conflicto marca en gran medida las distintas percepciones que la ciudadanía de los diferentes países tiene sobre el respeto por las normas y las consecuencias que estas acarrean. Mientras que en el mundo occidental, y especialmente en los países latinoamericanos como Argentina, Brasil y México donde el conflicto tiene una importante trascendencia, la impresión de que por tratarse de un reclamo justo los ambientalistas deberían ser liberados sin castigo, se contrapone con la tendencia de opinión en Rusia, donde muchos ciudadanos entienden que el haber violado las normas implica indefectiblemente un castigo más allá de la justicia de la causa.

De cualquier manera, este conflicto ha puesto los ojos del mundo en la explotación petrolera en el ártico y ha llevado a personas tan disimiles como variadas a involucrarse en una disputa antes reservada para unos pocos interesados. Es por esta razón que, cualquiera sea el destino de los ambientalistas, la enorme tracción que ha generado el tema puede alegrarlos ya que el mundo se enteró de sus denuncias y, en gran medida, llegó a simpatizar con ellas.

Foto: Alex Carvalho

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