El conflicto en Ucrania pasó de ser una disputa local a un conflicto internacional ya hace varios meses. La represión del ejército ruso y el conflicto diplomático internacional surgido a raíz de las revueltas ciudadanas ha tenido sus comienzos en el 2013.
El primer paso de la situación que vive el país de Europa del este fue la noche del 2o de noviembre de 2013, cuando el Gobierno de Ucrania suspendió la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea (UE). Al día siguiente los estudiantes universitarios comenzaron a manifestarse y luego se unieron distintos sectores de la población.
En enero de 2014, las protestas no se detenían, los enfrentamientos entre policías y manifestantes fueron creciendo, hasta que el 16 de enero, la Rada ordenó penas contra los responsables. Esto fue tomado por los manifestantes como un veto a su derecho de protesta, lo que provocó un nivel de violencia aún mayor, y sus consecuencias se vieron reflejadas en el número total de cinco muertos. Simultáneamente el Euromaidán (término otorgado a los disturbios) logró la destitución del ex presidente Víktor Yanukóvich, perteneciente al Partido del Regiones de características pro ruso, quien se exilió a Rusia.
El 20 de febrero fue considerado el día más violento de los disturbios, con un saldo de 60 muertos. Las redes sociales fueron el centro de reproducciones de imágenes y declaraciones de los partícipes.
El 17 de abril, John Kerry, Catherine Ashton y Serguei Lavrov, jefes diplomáticos de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, habían llegado a un acuerdo en Ginebra, que consistía en bajar la tensión, pedir a ambas partes que retrocedan junto a sus milicias armadas y convocar un proceso constituyente donde Ucrania pase a ser una república federal, para así poder concederles una posibilidad a las demandas de autonomía de las regiones pro rusas.
Sin embargo, el 18 de marzo, se aprobó la adhesión a la Federación de Rusia de la República de Crimea y la ciudad de Sebastopol como dos sujetos federales. Los firmantes del tratado fueron Serguéi Aksiónov, Vladímir Konstantínov, Vladímir Putin y Alexéi Chaly. Pero el mismo es desconocido para la mayoría de la comunidad internacional.
A pesar de los la división del pueblo ucraniano que está representada por un 38 % que apoya una asociación con Rusia y el 37,8 % que prefería una asociación con Europa, uno de los impedimentos sorpresivamente ha sido la mala utilización de las redes sociales, donde los mensajes, imágenes o videos con ánimo de venganza cada vez son más frecuentes, como se ha visto el video de la multitud que invade la residencia del ex presidente; así como las tergiversaciones de los medios sobre los hechos ocurridos, ya desde entonces con las imágenes de la plaza de Kiev. Pero el punto más destacado ha sido el tono de las declaraciones de los políticos, aquellos que son responsables de dar un mensaje de tranquilidad al pueblo, declaran con provocadoras palabras y con cierta actitud agresiva.
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La idea de estabilidad mencionada por los países que intervienen y sus pretensiones de llegar a un diálogo, se ven obstaculizados por estos motivos, e imposibilitan la llegada de ese momento histórico en que se pueda dialogar y llegar a un estado de paz.