Afortunadamente ya han pasado los años en que la Iglesia católica se ha mantenido ciega, sorda y muda ante los abusos sexuales a menores de edad cometidos por sus sacerdotes y religiosos. Un accionar que, ha repercutido de forma permanente en la institución.
Los datos que le fueron proporcionados al papa Francisco hablaron por sí solos, el porcentaje de pedófilos en la Iglesia es del 2%. E jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano reconoció en función de estos datos que deberá regirse por un principio muy claro: “El bien de un niño o de un adulto vulnerable es prioritario a la hora de tomar cualquier decisión”.
Jorge Mario Bergoglio, que hace solo unos días pidió perdón ante seis víctimas: tres hombres y tres mujeres procedentes de Alemania, Inglaterra e Irlanda, por “los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero” en el transcurso de una misa celebrada en el Vaticano, volvió a calificar los abusos sexuales a menores como “la lepra de la Iglesia”.
Las víctimas fueron elegidas por el cardenal estadounidense Seán O’Malley (miembros de la comisión contra la pederastia de la Iglesia) y llegaron al Vaticano durante la tarde del domingo 6 de julio, saludaron al Papa durante la cena y pasaron la noche en la residencia de Santa Marta. Luego de la misa, Francisco los recibió por separado y en privado, durante más de tres horas.
El Papa agradeció por la valentía de las víctimas que se atrevieron a quebrar el silencio tan largo que mantuvieron y se comprometió ante ellos a ser severo a la hora de imponerse en su lucha contra la pederastia. También hizo alusión a que “algunas víctimas optaron por el suicidio. Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia.”
Comisión contra la pederastia de la Iglesia
En 2013 se creó una comisión contra la pederastia de la Iglesia con el objetivo de reforzar el empeño de la Santa Sede en la protección de los niños y la atención pastoral a las víctimas de los abusos.
La comisión es conocida como el “G8 Vaticano” y esta constituida por el cardenal de Boston, Sean Patrick O’Malley, junto a otros siete cardenales asesores. También está involucrada Marie Collins, una mujer irlandesa de 66 años que sufrió abusos de un sacerdote cuando tenía 13 años y estaba enferma. Ellos proponen que el Vaticano “haga hincapié sobre las trágicas consecuencias del abuso sexual y de las devastadoras repercusiones de no escuchar o no informar cuando se sospecha un abuso, así como de la falta de ayuda a las víctimas de abusos sexuales y a sus familias”.
Reforma histórica
A su vez, el papa Francisco aprobó una reforma del código penal de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano que amplía y define los delitos contra menores, entre ellos la pornografía infantil y el abuso sexual.
De esta forma se introdujo los delitos relacionados con la venta, prostitución, reclutamiento y violencia sexual, pornografía infantil, tenencia de material de pornografía infantil y abusos sexuales contra menores. Y la legislación, aprobada a través de un motu proprio (decreto papal), se aplica a los nuncios (embajadores) y personal diplomática del Vaticano en todo el mundo.
La reforma fue histórica, ya que el ordenamiento jurídico vaticano provenía en su mayoría del Código Zanardelli, incluido en 1929 dentro del Pacto de Letrán entre Italia y el papado, que estableció la Ciudad del Vaticano.
Los casos de abusos a menores han dañado gravemente la imagen de la Iglesia católica en los últimos años. Han sido especialmente importantes en Estados Unidos, Irlanda, Alemania y otros países.
Fuente: Vanguardia