El último domingo catorce Estados mexicanos celebraron elecciones en las que se eligieron diputados locales y autoridades municipales para unos 1.348 ayuntamientos. Además, en el que fue el principal foco de la prensa, el Estado de Baja California renovó a su gobernador.
Tras una campaña plagada de violencia en la que una docena de personas murieron como consecuencia de diversos enfrentamientos, el día de la elección, en la que treina millones de mexicanos se acercaron a las urnas, la gran presencia de militares que inundaron las calles de los nueve Estados más conflictivos como parte de un operativo militar diseñado especialmente para las elecciones no pudo prevenir que hubiera un muerto más durante un ataque a un local partidario en Veracruz.
Tal nivel de tensión y enfrentamientos tuvo que ver con que, a pesar de tratarse de elecciones locales, el PAN, uno de los principales partidos del país norteamericano, disputaba más que unas cuantas alcaldías y votos en las legislaturas locales. Tras perder la presidencia en manos de Enrique Peña Nieto (del PRI) el año pasado, el partido arriesgaba convertirse en la tercera fuerza nacional, situación que finalmente no ocurrió ya que el partido logró conservar la gobernación de Baja California, Estado en el que el PRI ostenta la alcaldía de sus cinco municipios pero que, desde hace 25 años se encuentra gobernado por el PAN.
Sin embargo, los primeros momentos luego de cerrados los comicios, tanto el PRI como el PAN dieron por triunfadores a sus candidatos. En el búnker del PRI en Tijuana, César Camacho, presidente del partido, dio por ganador a Fernando Castro Trenti. A la vez, el búnker del PAN, en coalición con el izquierdista PRD, proclamaba ganador a Francisco Vega de Lamadrid, expresidente Municipal de Tijuana, quien finalmente se consagró como ganador luego de que el presidente Peña Nieto llamara a aceptar los resultados electorales al día siguiente.
Sin embargo, apenas realizado el anuncio, los militantes del PRI invadieron Twitter con mensajes a favor de Castro Trenti utilizando los hashtags #GanamosTodos y #CastroTrentiGobernador, con los que convertirse, después de las 21 horas, en Trending Topics a nivel nacional.
Al mismo tiempo, los simpatizantes del PAN competían por el liderazgo entre las tendencias en la red social con su propia etiqueta: #NiUnVotoAlPri, la cual accedió a la lista de los temas más calientes a partir de las 18 y se mantuvo allí al menos hasta las 23.
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En medio de acusaciones cruzadas por haber falseado los resultados y haber cometido fraude electoral, los hashtags de ambos partidos se cruzaban insultos y chicanas y buscaban instalar a su candidato como ganador.
Ninguna de estas etiquetas, sin embargo, alcanzó el primer puesto entre los Trending Topics. Esa posición se la llevó una figura humorística surgida a modo de protesta en la elección como presidente municipal en la localidad de Xalapa, Veracruz: el Candigato Morris. Morris, un gato que presuntamente habría logado obtener votos del 10% del padrón en su ciudad, alcanzó rápidamente la cima del listado de tendencias cuando los medios anunciaron que había obtenido votos en la elección.
A medida que se conocían los resultados, los hashtags #Tamaulipas, #Monclova, #Veracruz, #Puebla, #Zacatecas, #Hidalgo, #Coahulia, #Durango y #Tampico, todos ellos Estados o ciudades mexicanos donde se disputaban elecciones de importancia también ocuparon un lugar entre las tendencias.
Finalmente, es necesario destacar que mientras se conocían los resultados electorales, el seleccionado mexicano de fútbol disputaba el primer partido de la Copa Oro en California, Estados Unidos, donde se vio derrotado por 2-1 contra Panamá, con lo que surgió la tendencia #FueraChepo y las etiquetas #CopaOro y #TodoEsCulpaDelChepo, en relación a José Manuel de la Torre, entrenador del equipo nacional, a quien los twitteros culparon de la deorrota.
Así como en las grandes manifestaciones y en el día a día de la vida política, las elecciones demuestran, una vez más, ser un espacio donde las redes sociales – y en especial Twitter – cobran un gran protagonismo para expresar, más allá del voto, las ideas y simpatías del electorado, así como sus impresiones luego de conocerse los resultados.