El Apple Watch es el primer product hiperc de consumo masivo de la llamada “ Weareable Technology”. El nuevo producto de la empresa fundada en 1976, se lanzó el martes 9 de septiembre en Silicon Valley. El esperado reloj inteligente, al que llamaron simplemente “Watch”, es la primera gran novedad de la marca desde la salida del iPad hace cuatro años.
El nuevo productor demuestra lujo y todos aquellos valores asociados a su legendario fundador, Steve Jobs : innovación, belleza y accesibilidad: un dispositivo que se usa como prenda de vestir, el “wearable”, una computadora corporal.
Miles de fanáticos que llevaban meses esperando el evento conocieron el nuevo producto de la compañía, el reloj inteligente. El mismo mide funciones fisiológicas y registra la actividad física, los sensores pueden detectar el pulso y enviar la información al iPhone. Se anunció que estará disponible en tres colecciones, dos tipos de pantallas y correas intercambiables. Se espera que salga a la venta a principios de 2015. Su precio inicial será de 349 dólares. Sin embargo, se mostró muy poco y quedaron varias dudas sin contestar. Pero ya lo dijo el CEO de Apple, Tim Cook, esto representa un nuevo capítulo para la firma de la manzana mordida y para sus millones de usuarios en todo el mundo.
El nuevo iPhone 6 mejorado y más grande, también fue presentado en el evento, pero fue sólo una pieza más de la gran familia. Ambos productos juntos, son los que completaron el proyecto que permitirá estar presente virtualmente en cada aspecto de la cotidianidad. De manera que una persona pueda vivir, sin desconectarse nunca, ni siquiera a la hora de dormir.
Luego del anuncio la red comenzó a reaccionar. Surgieron bromas y memes haciendo referencia a la gran rivalidad que hay entre los usuarios de Apple y Samsung, de iOS y Android. Y hasta fueron inevitables las referencias al reciente robo de fotos de celebridades en iCloud. Para bien o para mal “Iphone 6” fue mencionado más de 7 millones de veces en Twitter.
Se estima que en 6 años se triplicará la cantidad de aparatos conectados a la red, actualmente hay 2 por cada habitante y en 2020 habrá 7. Hace tiempo que se busca pegar el salto y que internet conecté todo a conectar todo: la heladera, el auto, la cuna del bebé, las cañerías y hasta las zapatillas. La nueva hiperconectividad que va a vincular cada espacio de la vida cotidiana lleva el nombre de Internet of things (Internet de las cosas o Internet para todo). Hoy hay unos 15 mil millones de dispositivos vinculados a la red, y se espera que para el 2020 el número se eleve a 50 mil millones.
De esta forma se busca que las conexiones y sensores mejoren la vida y la productividad. Pero no es una novedad, que detrás de cada cambio hay un enorme negocio, en este caso está dividiendo a los gigantes de la tecnología en dos grandes grupos que luchan por establecer un estándar, para asegurarse las ventas que vendrán.
Esto permitirá que con el sólo uso diario de algo, se incorporen datos que pequeños procesadores transforman en estadísticas. Con 50 mil millones de aparatos conectados, la cantidad de datos y estadísticas serán casi infinitas.
Una de las novedades tecnológicas más destacadas de este año, fue el prototipo de silla de ruedas inteligente presentó Stephen Hawking con el equipo de Intel. La silla mejorará la vida de personas de movilidad reducida, ya que podrá monitoriza la salud del usuario registrando parámetros como la frecuencia cardiaca o la capacidad pulmonar y muestra los datos a través de una aplicación. Estará equipada con GPS para que los usuarios puedan tener la máxima autonomía posible. Además, genera rutas, evitando así posibles obstáculos, y guarda los datos del terreno para que, en caso de encontrar nuevas dificultades en el camino, puedan sortearse en el futuro y actualizar las bases de datos de las ciudades.
Con respecto a los avances hogareños hay muchos casos. Uno de ellos es la oferta de Philips en el sistema de luces Hue, que ayuda a ahorrar energía apagando las lámparas automáticamente cuando no hay personas en la habitación. Y ajusta la intensidad de luz en función de la cantidad de personas que hay en el ambiente.
Entre las ciudades más inteligentes, se encuentra Barcelona, la cual ya colocó sensores en los sistemas de agua y electricidad que te permiten ahorrar costos. También hay sensores en los contenedores de basura, para que el camión que recoge los residuos no se detenga en los que están vacíos. Y en los estacionamientos públicos, para que los usuarios sepan desde una aplicación de su celular cual está libre en el instante exacto que necesitan estacionar.